El despacho, una ceremonia de gratitud a la Tierra
La ceremonia del despacho o Haywacuy (en lengua quechua) es una tradición ancestral de los pueblos originarios (indígenas) de la Cordillera Andina (Sudamérica), vigente en la actualidad gracias a los chamanes locales.
El ritual es una manifestación de agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra) y los Apu Wamani (las montañas), deidades totémicas de los Incas, y representación de los aspectos femenino y masculino.
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Existen más de 100 tipos diferentes de despacho, desarrollados por los chamanes andinos, con el propósito de mantener el balance entre el mundo material y el espiritual, creando una acción de reciprocidad (Ayni) y gratitud.
Mediante el despacho, se agradece a la Madre Tierra lo que nos ha dado (en el año), y le damos conocimiento sobre lo que queremos lograr en el próximo período, solicitando su bendición, protección y abundancia.
La conexión espiritual que se establece en el despacho, se extiende desde la tierra, las montañas y la naturaleza hasta el Universo mismo, generando un efecto de sanación y equilibrio en los participantes.
Este proceso de armonización es conocido por los chamanes andinos como alineación en las tres bandas: yankay (el cuerpo físico); munay (el cuerpo emocional) y yachay (el cuerpo espiritual).
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¿En qué consiste la ceremonia de despacho?
Como ya se mencionó existen más de 100 tipos diferentes de ceremonia de despacho. Cada chamán tiene sus propios ritos, que comparte con su comunidad, y sucesores.
Sin embargo, es posible identificar algunos aspectos comunes entre los distintos rituales, por ejemplo, generalmente los despachos a la Pachamama tienen lugar durante el mes de agosto.
Las comunidades pueden realizar despachos individuales (en su propio hogar) o colectivos. Existe un protocolo ceremonial, que deben seguir los participantes, cuyo punto más importante es la puntualidad y no asistir sin invitación.
Guiados por el chamán o sacerdote, las personas depositan sus ofrendas en un paño o tela tejida, elaborado por artesanos locales. Las ofrendas pueden ser dulces, bebidas en recipiente, semillas, frutos, plantas, flores y otros.
El guía espiritual crea una especie de saco o paquete cerrado, uniendo las puntas de la tela sobre la que se colocaron las ofrendas. El envoltorio es utilizado por el chamán para limpiar las energías discordantes de los presentes.
Para ello acerca el paquete a los cuerpos de los asistentes, purificándolos. Una vez finalizado este paso, se coloca el saco de ofrendas en un agujero en la tierra donde se le prende fuego. En algunos ritos de despacho, el paquete es enterrado o sumergido en agua (sin quemarlo).
Mientras la ofrenda se quema, se hunde o es enterrada, los asistentes a la ceremonia se abstienen de observar el proceso, para manifestar que solo sienten gratitud (y no apego) por los dones de la Madre Tierra.