Las imágenes que tenemos sobre exorcismos reales nos vienen dadas por el cine.
Un gran ejemplo de ello es la película de culto “El exorcista” donde William Friedkin nos narra la historia de la lucha de una niña de 12 años contra las fuerzas malignas.
Desde 1973, año del estreno, han sido muchas las películas que han llevado a la ficción este acto.
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Exorcismos reales, más allá de la ficción
Más allá de las imágenes de exorcismos reales que tengamos en la mente gracias a la ficción.
Hay sacerdotes que realizan la tarea de exorcistas, de expulsar un demonio o un ente maligno de una persona, objeto o lugar. En España, el santuario de San Campio, en Galicia, es un punto de referencia entre quienes creen estar poseídos por algún ser.
Exorcismos reales: el caso Clara Germana Cele
No es fácil encontrar documentación gráfica sobre exorcismos reales. En gran medida por el escepticismo que muchos muestran ante el tema. En este artículo queremos hablar del caso de Clara Germana Cele.
El nombre de esta chica fue conocido en 1906 en Sudáfrica, cuando contaba con 16 años, porque, según contaban los locales, estaba poseída. Conseguía entender y hablar lenguas antiguas, levitaba y desarrolló una extrema sensibilidad a los símbolos religiosos.
Fue sometida a varios exorcismos reales y, en uno de ellos, intentó estrangular al sacerdote que lo estaba practicando. Tras varios intentos, finalmente consiguieron expulsar al espíritu maligno.
Exorcismos reales ¿Cuáles son los síntomas?
Si partimos de la base de que los exorcismos reales existen y que hay personas que los llevan a cabo, parece conveniente conocer la sintomatología.
- Resistencia a entrar en los templos sagrados;
- Sentir quemazón con el agua bendita;
- Sentir rechazo ante todo lo que proceda de Dios o incluso pronunciar lenguas antiguas con las que el poseído no tuvo ningún contacto anterior.
Según los expertos en demonología, una parte de la teología que estudia la naturaleza y los campos de acción de los demonios, estos son los síntomas que dan la clave para saber que nos encontramos ante una persona que está poseída y que necesita ayuda.
Dentro de la Iglesia Católica, no parece haber un consenso entre si la ayuda debe venir de una persona especialmente formada para realizar un exorcismo o si tan sólo se necesita fe para luchar contra los demonios, al menos en los casos menos graves.
En los casos extremos hay cierta unanimidad en que se necesita una persona que, con sus oraciones, su fe y con la ayuda de herramientas como el agua bendita, expulse al ser maligno que se encuentra dentro de la persona.
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