Larvas astrales, cómo reconocerlas y combatirlas
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Las larvas astrales se forman con la acumulación muy grande de miasma, que son fluidos malignos y putrefactos. Un ambiente puede estar muy denso por la acumulación de energías negativas que van formando estos miasmas, desde donde nacen estas larvas espirituales.
Se alimentan de tu energía vital o cuerpo etérico, manipulando tu mente para que tengas ciertos antojos o vicios o caigas en ciertos traumas como trastornos energéticos o de personalidad, depresiones y o crisis en general.
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Las larvas astrales tienen la capacidad de intensificar lo que ya está mal, por ejemplo, en una casa donde hay muchas peleas, una discusión simple, puede transformarse en un ambiente grave y violento.
No sólo pueden traer problemas de relación o espirituales, sino que también pueden afectar nuestro cuerpo físico, causándonos enfermedades o dolores en oídos, riñones, cuello, ingle, hombros, columna.
Pero hay que saber identificarlas, ya que algunas enfermedades pueden tener origen en estos parásitos astrales, pero otras pueden tener una procedencia distinta y ahí cabe un buen análisis profesional y el cuidado de la salud.
Lee también: 7 formas de combatir los parásitos espirituales
Síntomas de larvas astrales
No es frecuente tener larvas astrales, pero hay que poner atención a ciertos patrones negativos que se repiten en tu vida y a ciertas energías o ambientes cargados con energías negativas.
Si sientes algunas de estas características es conveniente poner más atención y ver si se tienen algunos de los siguientes síntomas:
- Encuentras frecuentemente insectos en tu casa o en los ambientes donde te desenvuelves.
- Por mucho que te esfuerces, te cuesta salir de situaciones difíciles.
- Se te pierden las cosas con regularidad y te es muy difícil encontrarlas.
- Tienes, ansiedad, miedos frecuentes, depresión, pesadillas frecuentes o sientes opresión.
- Estás siempre cansado, con sueño y mucho estrés.
- Tienes pensamientos recurrentes de manías, fobias, antojos insanos.
- Sentimientos recurrentes de automutilación, de adicción a vicios o suicidio.
Si tienes varios de estos síntomas es posible que tengas larvas astrales, pero hay que hacer un análisis minucioso y en contexto, para descartar otras posibles patologías.
Sin embargo, las larvas astrales o parásitos energéticos, son seres de bajo nivel, como insectos que andan en cantidades, ellas se adhieren a tu aura, y se alimentan de tu energía, debilitándote y ocasionándote vicios.
¿Cómo librarse de las larvas astrales?
La solución es más simple de lo que se puedas creer, pero implica un proceso de mucha fuerza de voluntad y amor propio. Es necesario elevar los pensamientos. La oración pude ser un camino de superación de las energías negativas, pero de forma sublime, con verdad, con el corazón abierto y sin dramatismo.
Hacer oraciones sentidas a nuestros guías profundos, que están ahí para ayudarnos, de acuerdo a la particular creencia de cada persona, pedir por el bienestar propio y de los seres queridos, de forma optimista y alegre, pensando que todo va a ir bien.
Es necesario poner atención y vigilar diariamente nuestros sentimientos, cuando nos invade una emoción negativa, cambiar de inmediatamente de frecuencia, así como cambiamos la televisión, internamente también podemos hacer ese cambio de sentimiento, solo o con la ayuda de un ser cercano.
Tratarse bien, debemos aprender a tratarnos sin crueldad y no ser los jueces de nosotros mismos, ayudarnos, quererse, no hacer dramas ni criticarse, darse la posibilidad de errar.
Evitar a personas que tienen cargas negativas y que nos transmiten palabras, ideas y sentimientos negativos, como la envidia, los celos, la posesión, el rencor, el resentimiento y todos esos sentimientos bajos que alimentan a las larvas astrales.
Finalmente, puedes hacer una limpieza de la casa o del ambiente que tenga larvas astrales, recurriendo al feng shui, a un sacerdote, para los que son católicos, a hierbas, inciensos, en fin, según lo que cada uno crea, aplicar lo que estime que es la mejor solución de acuerdo a su intuición y a su fe.
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