Leyendas de Guatemala. El Sombrerón, los Cadejos y la gitana

Las leyendas de Guatemala se han transmitido por vía oral, han sobrevivido el paso del tiempo y llegan a las páginas de los libros a través de historias infantiles, de terror o simples cuentos que mezclan la fantasía con la realidad.

Algunas de las leyendas de Guatemala son originarias de este pueblo y han traspasado sus fronteras, influyendo a muchos países de Hispanoamérica. Veamos algunas de las leyendas más conocidas y populares.

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Leyendas de Guatemala

Vanushka, la gitana que murió de amor

Se cuenta que, en la década de 1920, una familia gitana del este europeo inmigró a Guatemala y recorrió el campo en el circo de la familia.

La gitana Vanushka quedó encantada con un señor en la audiencia durante una de sus actuaciones. El joven caballero, Javier, era de una familia prominente del pueblo y siguió con interés la bella actuación de Vanushka.

Después del show, Javier se encontró con Vanushka y pasaron muchas noches conversando, hasta que confesaron su amor eterno. La familia de Javier supo de esto, y como conservadora que era, se opuso férreamente a esta relación.

Pero Javier se negó a salir del lado de Vanushka. La pareja estaba enamorada y determinada a hacer una vida juntos. En un acceso de rabia, el padre de Javier lo envió a España para terminar la universidad, se ausentaría por 4 años.

Cuando Vanushka se despidió tuvo que ser arrancada de los brazos de su amado. La gitana quedó desconsolada, no podría soportar esperar 4 largos años. Durante las semanas siguientes se negó a salir y a comer hasta que, una noche, derramó sus últimas lágrimas, falleciendo de dolor y con el corazón despedazado.

Vanushka fue enterrada en el Cementerio El Calvario, donde su tumba se puede encontrar hasta el día hoy. Se dice que, si se le dejan flores y un mensaje pidiendo por el amor, Vanushka ayudará a las personas a reconciliarse con su amado.

Los Cadejos

Otra de las leyendas de Guatemala es la de los Cadejos, perros demoníacos que aparecen por la noche, acompañados por un sonido de cadenas que se arrastran, aunque las cadenas son invisibles.

Se dice que tienen el tamaño de un perro grande, de pelo hirsuto, dientes gigantescos, ojos, narices y orejas incandescentes. Aparece por las noches para asustar a cualquiera que se cruce en su camino,  niños traviesos, hombres perdidos y animales de granja.

Sin embargo, la aparición de los Cadejos es considerada benéfica para quien la padece, ya que, por ejemplo, acompañaría a los hombres que van borrachos para cerciorarse de que lleguen bien y seguros a sus casas. Se dice que son como como perros guardianes que protegen de los ladrones o de otras criaturas de la noche como La Llorona o El Sombrerón.

En Guatemala, se cree que hay dos versiones de los Cadejos: el negro y el blanco. El perro blanco protegería a cualquiera que acompañara. El Cadejo negro es el espíritu del mal y trataría de dañar al hombre al que se la aparece.

A veces puede haber una lucha entre el Cadejo blanco para proteger al hombre del Cadejo negro.

El Sombrerón

Otra de las Leyendas de Guatemala es la del Sombrerón, un hombre bajo, que siempre lleva una guitarra, un cinturón ancho, espuelas de plata y un sombrero de alas muy anchas gracias al cual recibe su mote.

Se dice que andas por las calles de los pueblos y por los campos tocando su guitarra, montado a caballo y les atrae las jovencitas de cabellos largos.

Cuando le interesa una joven, la sigue cantándole serenatas. Luego en la noche, mientras duerme, le hace una trenza a su cabellera y con esto la maldice. La muchacha pierde al apetito, enferma y muere.

La única forma que tienen de salvarse la chica que ha sido vistas por el Sombrerón es cortarse el cabello para evitar que el personaje le haga una trenza.

Este personaje es muy conocido en toda Centroamérica y en algunos países de Sudamérica, se le conoce como Tzitzimiten que significa duende. Se dice que se aparece por las noches de luna llena. Que monta los caballos de otras personas por las noches para cansarlos e impedirles que trabajen al día siguiente.

Por último, se cree que cuando una mujer muere por causa de la maldición del Sombrerón, éste aparece en su funeral derramando lágrimas de cristal.

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