Mitos y leyendas del Perú, hermosas historias
En los mitos y leyendas del Perú se hacen presente Dioses, criaturas encantadas, fenómenos fantásticos, milagrosos, seres de ultratumba o del mundo terrenal que tratan de explicar fenómenos sobrenaturales o naturales. Forman parte de la cultura de una comunidad y en su proceso de transmisión, estas las leyendas experimentan, a menudo supresiones, añadidos o modificaciones que se adaptan a las costumbres o la cultura predominante de la época.
Son numerosos los mitos y leyendas del Perú, en su mayoría provenientes de los pueblos prehispánicos. Veamos en este artículo dos de estos mitos que se han transmitido de generación en generación.
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Mitos y Leyendas del Perú
Viracocha y la creación
Uno de los mitos y leyendas del Perú más conocidos es sobre Viracocha y la creación. La leyenda dice que antes de la creación del mundo, había un ser llamado Viracocha que emergió del lago Titicaca y creó del mundo oscuro, al sol, la luna y las estrellas. Debido a esta creación fue nombrado Viracocha Pachayachachi, que significa “Creador de todas las cosas”.
Después de crear todas las cosas creó a unos gigantes excepcionales. Luego les ordenó que vivieran en armonía, sin peleas y que debieran conocerlo y servirle. Pero los habitantes cayeron en poco tiempo en peleas, orgullos y codicias, viendo esto Viracocha lanzó un diluvió que duró 60 días y 60 noches, en el que perecieron los gigantes transformándose en montañas.
Viracocha luego creo al hombre a su semejanza. Se cuenta que de cuatro cuevas salieron cuatro hermanos descendientes de los Incas, que compitieron entre sí para ser elegidos por Viracocha como el primer emperador Inca. Los hermanos lucharon y el más astuto que era Ayar Cachi y mató a dos de sus hermanos, sólo quedó el más joven Ayar Manco, quien en una artimaña pidió para que su hermano le mostrase sus habilidades de luchador y en un descuido Ayar Manco mató a Ayar Cachi.
Habiendo ganado, Viracocha compensó a Ayar Manco convirtiéndolo en Manco Capac, primer emperador Inca, quien luego fundó la ciudad del Cuzco, capital del imperio Inca.
Amaru y su lucha con el sol
En los mitos y leyendas del Perú es famoso el dragón Amaru. Amaru quiere decir serpiente y la leyenda que a continuación contamos es de origen Quechua y Aimara y relata la imponente la lucha que sostuvo con el dios Sol.
Cuentan que hace muchos años se produjo una gran sequía en la región. Todos los animales, plantas y seres terrestres morían por la falta de agua. Hasta la resistente flor del cactus, la Cantu, sintió sus pétalos marchitar. Ya con las últimas fuerzas vitales la flor Cantu miró hacia la montaña sagrada y comenzó a transformar sus pétalos en alas, su corola en pecho y las espinas de su tallo en plumas, del estambre amarillo, azul y rojo surgió la fina cabeza de un colibrí, que, sacudiéndose, se soltó con dificultad de la planta, y comenzó a volar.
Llegó hasta la cima de la montaña Waitapalhana, donde ni siquiera el poderoso cóndor habitaba. Exhausto, el colibrí se posó en la cima congelada por el viento y el frío. Con el corazón sangrando y con el poco de aire que le quedaba, le suplicó al monte:
– Padre Waitapalhana, te adoramos, y te suplicamos que nos escuches, porque en tus entrañas fuimos generados. ¡Ten piedad de la tierra! ¡Sálvanos de esta sequía!
El Waitapalhana sintió una profunda tristeza, que se unió a la aflicción que sentía por ver la tierra estéril y devastada. Reconoció en el pájaro el perfume de la amada flor de Cantu, que siempre florece adornando su manto sagrado y embelleciendo los días de su adoración, de su fiesta. Fue tanto el dolor de la montaña que sus lágrimas llegaron a la laguna Wacracocha y los latidos de su corazón afligido despertaron a Amaru.
El poderoso Amaru que duerme enroscado en las profundidades de la cordillera fue poco a poco levantándose, produciendo el estremecimiento de la tierra. En el centro de la laguna aparecía Amaru la serpiente alada con cabeza de llama, cola de pez, hocico rojizo, ojos cristalinos y párpados perfectos. El sol al verlo no le gustó tanta agitación, se irritó y envío a diez mil guerreros como rayos, de barbas plateadas, corazas rojas, cabalgando para combatirlo. Amaru al verlos fue a su encuentro y moviendo la cola los derribó desorganizando el gran ejército.
La lucha fue feroz. Del hocico de Amaru salía una niebla que se enroscaba en las altas montañas, se extendió hacia valles y acantilados. Con el movimiento de sus alas comenzaron las lluvias, de su cola de pez salía granizo que se quedaba en las paredes de los montes y luego se deslizaba por los ríos.
Del cuerpo ardiente del Amaru salía bolas de fuego, llenas de brillo que formaron luego los colores del arcoíris. Así se restableció el orden universal, volviendo las lluvias y acabando con la sequía gracias a la poderosa serpiente alada.
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