Descubre como utilizar el pan como elemento de prosperidad
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Existe un buen número de costumbres, rituales y hechizos para atraer la prosperidad al hogar, utilizando hogazas de pan como elemento de prosperidad.
En la antigüedad, el pan era considerado garantía de sustento para muchas familias, fácil de preparar y transportar, podía ser conservado por largos períodos de tiempo, convirtiéndose en un alimento esencial para viajes y el invierno.
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Algunas culturas, calificaban el pan como un regalo de los dioses. De acuerdo con la mitología griega, Deméter (diosa de la cosecha y la fertilidad) enseñó a la humanidad el arte de la agricultura y cómo preparar el pan.
La misma historia se atribuye a su equivalente romano, la diosa Ceres. Incluso en el cristianismo existen referencias al pan como sinónimo de abundancia, como el milagro de la multiplicación de los panes, realizado por el Maestro Jesús.
Aunque es posible preparar pan con distintos tipos de harina, la variedad más común es elaborada con trigo, un cereal que es considerado símbolo de esperanza, civilización y prosperidad, en muchas corrientes espirituales.
Con base en este concepto del trigo, los practicantes de Magia Natural vinculan el pan con la energía de la abundancia, y por supuesto, la garantía de una provisión de alimento. Descubre como puedes utilizar el pan como elemento de prosperidad.
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¿Cómo utilizar pan como elemento de prosperidad?
Existe un buen número de costumbres, rituales y hechizos diseñados para atraer la prosperidad al hogar, utilizando hogazas de pan como elemento de prosperidad principal, entre un grupo de ingredientes simples.
Una de las costumbres más extendidas señala que lo primero que debe entrar a una casa nueva, en el proceso de mudanza, es una hogaza de pan, sal y aceite (algunos ocultistas gustan de añadir azúcar y arroz).
La combinación de estos elementos garantizará que en el hogar, nunca falten los recursos (alimentos). Otra tradición es preparar una cesta de la prosperidad, para obsequiar a los nuevos vecinos, como signo de buena fortuna.
Preparar la cesta de la prosperidad (o abundancia) es muy sencillo, únicamente se requiere una cesta pequeña de mimbre, un trozo de tela natural color blanco y pan suficiente para llenar la canasta.
Se coloca el trozo de tela dentro de la cesta, y luego se procede llenar la canasta con el pan. Este ritual también puede realizarse durante la fase de Luna Creciente, con los seres queridos, para garantizar el flujo de abundancia en la familia.
Asimismo, puedes tener tu propio cesto de la prosperidad en casa, para colocar el pan que consumes a diario. En este caso se sugiere colocar una moneda (de curso corriente), entre la cesta y el trozo de tela.
Algunos especialistas en temas esotéricos y Magia Natural recomiendan hacer los panes que se regalaran, porque eso le brinda mayor poder; sin embargo, no es obligatorio y puedes utilizar pan de una panadería local.
Lo importante de la cesta de la buena fortuna, es la intención que pones en ella de facilitar el flujo de abundancia y prosperidad, entre tus seres queridos o los nuevos miembros de la comunidad.
Ritual del pan como elemento de prosperidad en Año Nuevo
En este sentido, un ritual muy popular consiste en colocar una hogaza sobre un plato blanco, la noche del 31 de diciembre y ofrecerlo al Universo (o la deidad de tu preferencia) como prenda de agradecimiento por la prosperidad que traerá el nuevo año.
La ofrenda debe ser colocada en un lugar alto, lejos de la mirada de curiosos y dejarla permanecer allí, hasta el próximo 31 de diciembre, cuando será renovada. Si por algún motivo el pan se daña o es comido por algún insecto, puedes sustituirlo por otra pieza sin ningún problema.
Este ritual funciona de manera similar a las hogazas que pueden verse en algunos altares, adornadas con cintas de colores. Cada vez que renueves el pan del plato, tritura la hogaza vieja y dala de comer a los pájaros (siempre y cuando no se encuentre dañada).
De esta forma, estarás manteniendo el flujo de la prosperidad tanto entre los humanos como entre otras criaturas sintientes, devolviendo al Universo un poco de los dones que te ha otorgado.
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