Principio de Pareto: las cosas no se distribuyen de manera uniforme
Tiempo de lectura: 
La vida es un extraño e incierto recorrido en el que las cosas no se distribuyen de una manera uniforme. Así, por ejemplo, el 20% de los trabajadores son los que generan el 80% de los resultados o bien el 20% de los clientes propicia el 80% de los ingresos de una empresa. En esta proporción se basa el Principio de Pareto.
Creador del Principio de Pareto
Wilfredo Federico Pareto fue un ingeniero, economista, sociólogo y filósofo italiano nacido en Francia en 1848 y fallecido en Suiza en 1923. Hijo de exiliados italianos, vivió sus primeros años en Francia para marchar luego a Italia con el objetivo de realizar sus estudios.
¡Suscríbete a nuestra newsletter!
¿Te encanta la astrología? ¡Recibe contenido exclusivo!
A lo largo de su vida profesional desarrollaría una regla por la que sería conocido mundialmente: el Principio de Pareto. Aquel que nos indica que el 80% de las consecuencias de un acto derivan del 20% de sus causas. Por ello este principio también es denominado regla 80/20.
Hay que tener en cuenta que no estamos hablando de una ley inalterable. Se trata de una observación de la realidad, en la que la mayoría de las cosas en la vida no tienen una distribución uniforme.
Así, por ejemplo, el 20% de los fallos de software son los causantes del 80% de los errores del software. Al similar ocurre en la Bolsa, donde un 20% de inversores se queda con el 80% de las ganancias obtenidas.
El origen del Principio de Pareto se remonta a 1906, cuando este ingeniero y economista se dio cuenta que el 20% de la población italiana detentaba el 80% de la riqueza del país. Una relación que se puede aplicar en áreas como la de la manufactura o los recursos humanos, pero también a otros ámbitos. Por tal motivo mantuvo la teoría de que podría tratarse de una ley natural.
Principio de Pareto respecto al pensamiento y la actitud
Es un principio que puede aplicarse perfectamente a la actitud que podemos tomar ante la vida. Generalmente son unas cuantas cosas las que nos producen la mayor parte de nuestra felicidad. A menudo perdemos demasiado generando pensamientos negativos que merman el desarrollo de la felicidad.
Ver todo desde la perspectiva oscura y nociva impide vislumbrar un futuro esperanzador. Todo me sale mal, me van a echar del trabajo con los recortes, no voy a ser capaz de superar tal o cual problema, cada vez estoy más viejo… Si nos damos cuenta, son sólo unos pocos pensamientos o actitudes positivas las que generan el 80% de nuestra felicidad. Una reunión familiar o de amigos, jugar con los hijos, una cena romántica con la pareja supone un porcentaje pequeño de actitud positiva que reporta magníficos resultados. La regla 80/20.
Debemos ser conscientes que la constancia de nuestra manera de pensar, tanto si se trata de pensamientos positivos como negativos, supone una influencia fundamental respecto a cómo nos sentimos. Así, con tan sólo un 20% de empeño conseguimos un 80% de provecho. Cuanto mayor sea la frecuencia de realización de una acción mayor será también el impacto que tenga sobre el resultando.
Te puede interesar:
