Aprende a programar las piedras y usarlas para fines concretos
Cuando una piedra energética llega a nuestras manos debemos procurar ponerla a punto. No sabemos el tipo de energía que le ha transmitido su anterior propietario o el lugar en el que se encontraba. Por ello es fundamental en primer lugar limpiarlas. Una vez hecho esto deberemos encargarnos de programar las piedras.
Un proceso que consiste en dejar que las piedras desarrollen libremente su trabajo. La energía que poseen debe fluir a través de ellas para un fin concreto. Debemos visualizar aquello que nos interesa lograr con la ayuda de la piedra que tenemos entre las manos.
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Para que esta visualización tenga éxito nuestra relajación debe ser máxima. Es muy importante también que seamos conscientes de que los resultados a conseguir dependen de nosotros. Para programar las piedras debemos estar en sintonía con ellas. Si no, será muy complicado que puedan ayudarnos.
Necesidad de limpiar y programar las piedras
Al estar en continuo contacto con ellas es habitual que pierdan parte de sus propiedades o se contaminen con el entorno. La limpieza las deja en óptimas condiciones para volver a utilizarlas.
Entonces lo que sigue a continuación es cargarlas y programarlas para el fin que nos interesa. La intención para la que se programa la piedra puede ser la protección, la cura o la atracción de la abundancia.
Hay que tener en cuenta que las piedras poseen su propio lenguaje. Somos nosotros los que debemos esforzarnos por lograr interpretar sus mensajes. Sin embargo, una vez que conozcamos sus secretos seremos capaces de disfrutar plenamente de la energía que irradia. Cuando vayamos a programarla deberemos seguir los siguientes pasos:
En primer lugar tenemos que buscar un lugar tranquilo en el que nadie pueda molestarnos. La calma ejerce siempre de imprescindible ayuda para lograr una conexión intensa con la piedra.
En segundo lugar cogeremos la piedra entre nuestras manos. La colocamos a continuación delante de nosotros, a la altura de los ojos, para contemplarnos mutuamente.
En tercer y último lugar nos concentraremos en la piedra y en la visualización del deseo que queremos programar. Entonces diremos en voz alta las palabras: Programo esta piedra para que la abundancia llegue a mi casa. Es tan sólo un ejemplo de propósito deseado. En función de lo que busquemos pues lo diremos en alto, como que nos cure de una enfermedad o que nos proteja de alguna persona tóxica.
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