Yoga acuático, descubre sus beneficios
Los seres humanos siempre buscamos formas de relajarnos, tanto en situaciones de estrés como cuando necesitamos disfrutar de un pequeño periodo de tiempo para nosotros mismos. El yoga acuático resulta ideal para conseguir este objetivo.
Se trata de un yoga muy suave, terapéutico, que además permite disfrutar de momentos de entretenimiento. Es muy importante prestar atención a la respiración completa y a la alineación. El yoga acuático es fácil de realizar y de bajo impacto.
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Al introducirnos en el agua el peso de nuestro cuerpo se reduce hasta un 90% por lo que no presionamos las articulaciones, disminuye el riesgo de lesiones e incluso podemos realizar estiramientos más profundos.
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Ventajas del yoga acuático
La práctica de este tipo de yoga debe procurar hacerse siempre en aguas cálidas ya que ayudan a la relajación muscular e incrementan la circulación sanguínea.
Junto a estas ventajas también tenemos:
- Disminución de la rigidez del cuerpo
- Una mejora de nuestra fuerza muscular
- La práctica del yoga acuático permite disminuir las tensiones
- Elimina el estrés
- Favorece la estabilidad emocional
- Ayuda a mejorar el sueño y elimina la fatiga
- Ayuda a mantener el control de cuerpo y mente
- Los ejercicios realizados no causan dolor por lo que es muy adecuado para personas que han sufrido accidentes y necesitan rehabilitación.
Posturas principales del yoga acuático
Para lograr toda esta serie de beneficios es importante dominar las posturas más básicas al practicar el yoga acuático. Conozcámoslas.
- El árbol: hay que juntar las manos, pararse, llevar un pie hasta el nivel de la ingle y mantener esta posición por lo menos treinta segundos y luego repetir con el otro pie.
- La silla: la realizamos en el borde de la piscina, utilizando la pared para apoyarnos. Inhalamos y luego estiramos los brazos hacia arriba, con pies y manos situados de forma paralela. Exhalamos y tensionamos los glúteos para finalizar haciendo una posición para sentarnos.
- El triángulo: Extendemos los brazos a los costados y abrimos las piernas. Doblamos entonces un poco los pies y nos mantenemos derechos, tensionando los glúteos. Miramos el pulgar de nuestra mano contraria al pie que doblamos. Nos mantenemos así unos treinta segundos y luego repetimos con el otro pie.
Gracias a estos ejercicios básicos iremos introduciéndonos en el mundo del yoga acuático e ir evolucionando poco a poco. Recordad que las prisas nunca son buenas y los grandes logros se consiguen normalmente tras lentos pero efectivos desarrollos.
Disfruta del yoga acuático relajando tu musculatura en aguas cálidas, la manera ideal de controlar cuerpo y mente en un entorno muy agradecido.
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