Yoga al desnudo, conecta con tu propia esencia
Sus orígenes se remontan a la India, donde se lleva practicando desde hace miles de años. En el yoga al desnudo, conocido también por su término en inglés naked yoga, se produce una liberación total al prescindir también de cualquier tipo de ropa, por ligera que ésta sea.
El ejercicio del yoga ayuda a calmar nuestra mente, consigue desbloquear el cuerpo y equilibrar las emociones. Si a eso le añadimos encontrarnos a nosotros mismos, pura esencia, sin añadidos limitativos como la ropa, la experiencia será aún más enriquecedora.
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El yoga al desnudo de nuestros días
Si bien como hemos indicado su origen se remonta a miles de años en la India, en la época del movimiento hippie de los sesenta su práctica comenzó a extenderse por Occidente. Sin embargo, aguantó mal el paso de los años debido principalmente a ser asociado con el consumo de drogas y la práctica de orgías.
Incluso en 1975 llegó a ser nominado a los Oscar un corto documental llamado Naked Yoga. Poco a poco fue cayendo en el olvido hasta que fue redescubierto hace unos años, cuando Joschi Schwarz y Monika Werner comenzaron a practicarlo en su pequeño estudio Bold & Naked en el barrio de Chelsea, New York.
El objetivo que se busca practicando el yoga al desnudo es la liberación de todo aquella energía negativa que podamos tener y entrar así en sintonía con nuestro cuerpo. La falta de ropa facilita la conexión con nuestra propia esencia, produciendo así una liberación en todos los sentidos.
La vergüenza desaparece en el yoga al desnudo
La primera vez que se practica el yoga al desnudo puede hacernos sentir extraños. Todo lo nuevo y desconocido siempre produce desconfianza, pero es algo que desaparece pronto.
El roce de nuestra propia piel nos hace notar intensas sensaciones sensoriales, como el placer que sentimos nadando desnudos en el mar. La liberación de oxitocina que se produce al acariciar la piel, aunque sea la nuestra propia, ayuda a desaparecer el estrés y generar bienestar en nuestro entorno.
En el caso de practicarse en grupo, el dominio de nuestro cuerpo y sensaciones hace que miremos a los demás desde la igualdad, buscando en su interior en lugar de en su exterior. Y es que, una vez desnudos, descubrimos que nuestros cuerpos, con sus defectos y virtudes, solo son una gruesa capa que tapa lo que de verdad llevamos dentro, nuestra esencia.
Por lo que la práctica del yoga al desnudo es un disciplina efectiva y liberadora que permite eliminar la energía negativa y entrar más fácilmente en comunión con nuestro espíritu al usar únicamente nuestro cuerpo para transmitir las sensaciones.
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