Basílica de Nuestra Señora Aparecida, imponente construcción
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La basílica de Nuestra Señora Aparecida es la segunda iglesia más grande dedicada a la Virgen en todo el mundo. Consigue albergar entre 45 a 70 mil fieles. Está ubicada en la ciudad Aparecida en el estado de Sao Paulo, Brasil y está dedicada a la advocación de Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil.
La basílica de Nuestra Señora Aparecida fue consagrada como Basílica por el Papa Juan Pablo II en 1980. Fue proyectada por el arquitecto Benedicto Calixto Neto pensando en que todos los fieles pudiesen recibir el mensaje divino, por ello cuenta con una riqueza de símbolos.
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Símbolos de la Basílica de Nuestra Señora Aparecida
La basílica de Nuestra Señora Aparecida es una cruz
Vista desde arriba, la basílica de Nuestra Señora Aparecida es una cruz con cuatro lados de igual tamaño. Y el significado de esto es claro: las cuatro naves que forman la cruz, representan uno de los símbolos, (sino el más importante) más significativos del catolicismo, ya que Jesús en la cruz hizo su sacrificio.
La gran cúpula en el centro de la basílica
La gran cúpula en el centro de la basílica tiene 70 metros de altura y 78 metros de diámetro. Simboliza el cielo, hacia donde la Cruz nos lleva. Dentro de la Basílica todo converge hacia el centro, hacia la cúpula, es decir, hacia el cielo. Se interpreta como un camino hacia los cielos. Todo converge para que a través de la cruz los hombres lleguen al cielo.
El altar en el centro
El altar está en el centro de la basílica, que simboliza el mundo, el hombre. Desde allí se comparten el espíritu divino y el cuerpo y la sangre de Cristo. Es desde el centro que los fieles, a través de la purificación en Cristo irán hacia el cielo.
La torre de la basílica de Nuestra Señora Aparecida
Ubicada a un costado de la basílica, la torre tienen cien metros de altura y dieciocho pisos. Simboliza la conexión de lo terreno con lo divino, el campanario en su cúspide, es el que convoca a los fieles a la misa.
La imagen de Nuestra Señora Aparecida
El Santuario Nacional alberga también la imagen original de Nuestra Señora Aparecida, encontrada por los pescadores en 1717, en las aguas del río Paraíba. La historia de esta imagen está relacionada con numerosos milagros y fue a partir de su hallazgo que se construyó la basílica años más tarde.
La historia de la imagen de la virgen
Cuenta la historia que estaban unos pescadores en el río Paraíba sin lograr tener un buen día de pesca, cuando de repente entre las redes sacaron de las aguas una figura de cerámica, cubierta de barro y sin cabeza. Al lanzar las redes nuevamente sacaron la cabeza y descubrieron que se trataba de la imagen de Nuestra Señora de la Concepción. La pesca mejoró a partir de ese momento. El pescador Felipe Pedroso guardó la imagen y después se la regaló a su hijo Atanasio Pedroso.
Anastasio, construyó un pequeño oratorio con la imagen de la Virgen, y poco a poco las personas del lugar iban a rezarle a la virgen. Se comenzó a correr la voz de los milagros que acontecían en el lugar. El templo fue creciendo hasta que el 26 de julio de 1745 se construyó la parroquia de Nuestra Señora Aparecida en el monte de Los Coqueiros. La cantidad de fieles siempre fue creciendo. Llevó a la ampliación de la iglesia varias veces, constituyéndose en 1946 la actual Basílica que existe hoy día.
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