Bendición del agua: hace una limpia espiritual de manera sencilla
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El agua es fuente de vida. Nos ayuda a calmar nuestra sed, a cocinar, sirve para lavarnos y también para sumergirnos en ella, ya sea en un río, lago o el mar, y disfrutar con su contacto. El propio Cristo se llamó a sí mismo el sobrenombre de Agua Viva. La bendición del agua se convirtió en algo fundamental con el sacramento del bautismo.
La bendición del agua permite atraer la gracia de Dios, logrando así que los creyentes puedan estar más cerca de la Divinidad. Aunque este tipo de bendición se suele hacer en iglesias, también es habitual que los fieles quieran bendecir con agua sus hogares o determinados objetos.
Para hacerlo tan solo hacen falta elementos fáciles de encontrar en cualquier casa, como velas blancas, incienso, agua fresca o un cuenco. Y para esparcir el agua basta con una rama de romero.
Rito para la bendición del agua
Puede que nos mudemos a una casa nueva o abramos un pequeño establecimiento comercial y deseemos tener cerca la protección divina. Con unos sencillos pasos podremos realizar la bendición del agua y asegurar así la presencia cercana de Cristo.
Primero encendemos la vela que tenemos preparada así como el incienso. Hacemos la señal de la cruz y a continuación rezamos un Padrenuestro y tres Glorias. Cuando terminamos decimos mientras recorremos con la mirada nuestra nueva casa o local:
Oh, Gran Padre Todo poderoso. Invoco en tu Nombre al Espíritu Santo para que bendiga esta casa y la libre de todo mal.
Sujetamos entonces entre las manos el cuenco con el agua que vamos a bendecir y hacemos la señal de la cruz sobre ella mientras decimos:
Con esta bendición del agua recordamos a Cristo.
Volvemos a realizar otra señal de la cruz sobre el agua.
Agua viva del Padre.
Hacemos la tercera señal de la cruz sobre el agua.
Que consiga que cada vez que nos santigüemos con esta agua o nos echemos un poco de ella al entrar en casa o cuando estemos en ella nos proteja de todo mal a todos los que vivimos en ella.
Gracias Señor por permitirnos conectarnos a ti a través de este elemento, que ya es divino gracias a esta bendición del agua. Sabemos que tu presencia protectora está junto a nosotros.
Tras decir estas palabras mojamos la rama de romero en el agua bendita del cuenco y rociamos las diversas estancias del hogar. También se puede hacer sobre un objeto, por ejemplo si queremos bendecir el nuevo coche que nos hemos comprado. Toda bendición del agua invocando a Dios siempre resultará una efectiva ayuda para cualquier fiel.
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