Aguas termales ¿cuáles son sus beneficios?
A lo largo de los años, distintas culturas alrededor del mundo han utilizado las aguas termales con fines terapéuticos, afirmando que ayudan a recuperar la salud, e incluso a contrarrestar los efectos del envejecimiento. Con una gran carga de elementos minerales en su composición, tienen su origen en las profundidades de la tierra, de donde brotan con más de 5º centígrados en relación con la temperatura ambiente.
Tipos de las aguas termales
Las aguas termales pueden ser magmáticas (hipertermales y supertermales) cuando pasan de los 50º de temperatura; o telúricas (frías, hipotermales, mesotermales) cuando tienen una temperatura menor a 50º.
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También suelen ser clasificadas por los componentes minerales que presentan en mayor grado:
- Ferruginosas. Alto contenido de hierro. Favorece los tratamientos de tonificación, deficiencia de minerales, debilidad, hemorragias y enfermedades de la piel.
- Cloruradas o cloradas. Elevado porcentaje de cloro en su composición. Estimulan los procesos digestivos, y favorece el equilibrio del ph de la piel. También es cicatrizante.
- Sulfuradas y sulfurosas. Destaca la presencia de azufre, entre sus componentes. Eficaz contra las infecciones de la piel.
- Sulfatadas. Pueden incluir sodio, cloro y magnesio entre sus componentes, además del azufre. Promueven los procesos de cicatrización cutánea.
- Bicarbonatadas. Alta concentración de bicarbonato. Al igual que las aguas cloruradas se emplean con frecuencia en pacientes con problemas digestivos.
- Con cobre. Desinflamatoria.
- Con zinc. Regenera la piel.
Ventajas de las aguas termales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce las ventajas de las aguas termales, para acompañar el tratamiento médico de algunas dolencias, bajo la supervisión de especialistas y terapeutas calificados. Los establecimientos que ofrecen esta terapia aconsejan el tratamiento para pacientes de reuma, diabetes, trastornos digestivos, enfermedades respiratorias, del sistema circulatorio y de la piel.
Igualmente, es recomendada para tratar el estrés, desintoxicar el organismo, mejorar el tono muscular, hidratar la piel, estimular el metabolismo, y combatir la celulitis. A pesar de sus múltiples ventajas, es importante cumplir el tratamiento bajo la supervisión de un especialista médico, que evaluará las condiciones del paciente y ofrecerá las recomendaciones del caso.
Si bien es cierto que existen balnearios de acceso libre, debe considerarse que permanecer durante mucho tiempo dentro de agua caliente, puede causar lesiones considerables en la piel. Adicionalmente, la terapia está contraindicada (no recomendada) en casos como: dolencias cardíacas severas, tumores malignos, hipertensión grave, tuberculosis, estados febriles, y nefritis, entre otros.
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