Oráculo de Delos. La cuna del culto a Apolo
El Oráculo de Delos se sitúa en una pequeña isla del mismo nombre (en griego Δήλος, Dilos) que está más o menos al centro del grupo de islas conocidas como Cícladas en el Mar Egeo, era el santuario de Apolo en la Antigüedad Clásica.
Entre el 900 a. C. y 100 d.C., la isla de Delos y su santuario fue la más importante del periodo pan-helénico. Durante el siglo VII a. C., Delos era un centro jónico conocido por ser un lugar sagrado.
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La historia de Delos está íntimamente relacionada con Apolo, el dios del sol. La isla es pequeña, rocosa, desértica y bañada de luz del amanecer al anochecer, pues ninguna montaña o vegetación produce sombras.
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El oráculo de Delos y Apolo
De acuerdo a los mitos griegos, la isla de Delos sería el lugar donde nace el Dios Apolo, así como también Artemisa diosa de la caza. Apolo nace de la unión de Zeus y Leto (hija de los Titanes), Hera, la esposa de Zeus, celosa persigue a Leto por todas partes y ésta encuentra refugio en la mítica isla flotante Ortigia.
Apolo, tiempo después, recompensa a la isla amarrándola con cadenas al fondo del mar, siendo la actual Delos. Después Apolo, visita el Parnaso, donde vivían las musas y se enfrenta a un dragón al cual vence. Es allí en ese lugar donde se situó el Oráculo de Delfos y donde estaba la pitonisa.
El oráculo de Delos fue, por lo tanto, el centro primordial pre helénico, desde donde se irradió una gran visión del mundo, íntimamente relacionado con el Dios Apolo, este oráculo fue posteriormente trasladado en afluencia de visitantes a Delfos, el oráculo más importante de la Antigua Grecia.
Apolo fue quien se traslada a Delfos en una carroza transportada por cisnes con la intención de fundar allí un nuevo oráculo en el monte Parnaso.
El descubrimiento
Desde el siglo XVII, un número creciente de europeos visitó Delos atraídos por sus ruinas. En 1873 arqueólogos franceses comenzaron las excavaciones que desenterraron un amplio sector donde un día existió una ciudad completa, elegante, rica e influyente.
Las ruinas estaban esparcidas por toda la isla, pequeños templos dóricos y jónicos, puertos, mercados, gimnasios, un teatro, plazas e imponentes residencias. Las casas exhibían salas circundadas por columnas de mármol y el piso adornado con mosaicos que resistieron el pasado glorioso.
Las ruinas dejaron ver importantes monumentos que son los siguientes:
- El “Ágora de los Italianos”,
- la “Casa de las Máscaras”,
- la “Casa de Cleopatra”,
- la “Casa de Diadumenos”,
- la “Casa de Dionisio” ,
- la “Casa de los Hermes”,
- la “Casa de Naxos”,
- la “Casa del Lago”,
- la “Casa de los Delfines”,
- la “Cisterna del Teatro”,
- la “Fuente Minoana”,
- el “Santuario de Apolo” “Teatro”,
- el “Templo de Hera”,
- el “Templo de Isis,
- la” Terraza de los Leones “y
- la” Vía Procesional “, entre otros elementos.
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