Piedra de la Cruz: una efectiva protectora contra las malas energías

Nos encontramos ante un tipo de piedra con un dibujo que llama bastante la atención. Obviamente, la Piedra de la Cruz se llama así por el formato de cruz esculpida que aparece en su centro. También es llamada quiastolita, una variedad de la andalucita.

La cruz que la caracteriza hizo que el valor de esta piedra se incrementase y se convirtiese en un objeto muy buscado. Representa las cuatro fases de la Luna, los cuatro puntos cardinales y las cuatro estaciones del año. Su coloración suele ser verdosa, aunque es habitual también encontrarla con colores rojo, verde oliva, rosa, marrón o gris.

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Historia de la Piedra de la Cruz

Los peregrinos medievales que recorrían el Camino de Santiago la utilizaban como amuleto así como un hermoso recuerdo de su aventura. Poco a poco las colecciones y museos europeos fueron incluyendo las Piedras de la Cruz entre su catálogo. En ellos era llamada lapis cruiatur o lapis crucifer.

Aunque durante mucho tiempo tan sólo eran conocidos los yacimientos asturianos ubicados en el entorno de Boal, en los primeros años del siglo XVIII fueron encontradas también en el río Las Cruces, afluente del río Larquete (Chile). El río se llamó así debido a la presencia de la Piedra de la Cruz. Posteriormente se encontraría otro yacimiento en Salles de Rohan (Francia) y poco a poco fueron apareciendo en diversos lugares. Hoy en día es posible encontrarla en yacimientos de España, Chile, Rusia, Estados Unidos o Canadá.

La utilidad a la que se ha destinado esta piedra desde la antigüedad ha sido la de proteger a su poseedor de las malas energías. Tal efecto protector permite que se pueda alcanzar el equilibrio del ser y lograr que este se convierta en algo más racional, pero sin perder en ningún momento el lado humano.

Propiedades curativas de la Piedra de la Cruz

• Resulta muy útil para minimizar los efectos del reumatismo y la gota.
• Ayuda a solventar las deficiencias en la producción de leche materna.
• Permite hacerle frente a los equilibrios inmunológicos.
• Contribuye a la mejora en problemas de salud relacionados con la parálisis de los músculos y la enfermedad de los nervios.

Propiedades espirituales de la Piedra de la Cruz

• Actúa en el chakra de base, lo que facilita la desaparición de los miedos, las fobias y ayuda a fortalecer la conciencia de su poseedor.
• Favorece el equilibrio y la madurez personal. Reduce los deseos materialistas en pos del interés espiritual y la búsqueda de la misión que tenemos en la vida.
• Promueve la paz espiritual, sobre todo en aquellas personas que reciben influencias negativas y su corazón sufre continuamente por la angustia.
• Impulsa la claridad de la mente, lo que da lugar a que seamos conscientes de cómo debemos actuar ante las diversas situaciones por las que pasamos en la vida.
• Ayuda a proteger las relaciones sentimentales en las que los miembros de la pareja viven juntos. Facilita que se manifiesten entonces los sentimientos más puros.

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