¿Por qué practicar la respiración consciente?
Generalmente, la acción de respirar es asumida como una función automática del organismo humano, a la que se brinda poca importancia, a pesar de que es un componente esencial para la vida.
Los pueblos ancestrales concedían gran relevancia al acto de respirar, y en muchas culturas era asociado con prácticas religiosas, sagradas o místicas, como lo revelan las leyendas del “soplo divino” que infundió vida a todas las criaturas.
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De acuerdo a la web especializada en salud medlineplus.gov, la frecuencia respiratoria normal para un adulto (en estado de reposo) es de 8 a 16 respiraciones por minuto.
La cifra es especialmente significativa si tomamos en cuenta que, aún en estado de reposo, realizamos respiraciones superficiales (rápidas o lentas), utilizando el mínimo de la capacidad pulmonar.
Respiramos de forma automática, y sólo nos volvemos conscientes del fenómeno cuando quedamos “sin aliento”, debido a una tarea cuyo nivel de exigencia física sobrepasa lo habitual para nosotros.
Afortunadamente, en los últimos años, gracias a la práctica de disciplinas como Meditación, Mindfulness, Rebirthing, Yoga y Tai Chi, entre otros, se ha hecho notar un resurgimiento de la importancia de realizar ejercicios de respiración consciente.
Beneficios de la respiración consciente
Como técnica, la respiración consciente comprende una serie de tareas, que permiten al ejecutante centrar su atención en los distintos niveles del proceso respiratorio (inspiración y espiración).
En el Mindfulness y la Meditación, la respiración consciente funciona como un ancla para centrar la atención del practicante en el objeto de la meditación, o en el momento presente (en el caso de Mindfulness).
La respiración consciente también es empleada con regularidad en terapias psicológicas, como un método para controlar episodios de estrés o ansiedad en los pacientes, e inducir un estado de relajación.
En el Yoga, las técnicas de Pranayama buscan fortalecer el equilibrio cuerpo – mente, a través del control de la respiración. Asimismo, algunas terapias alternativas recurren a la respiración consciente, para alejar la atención de pensamientos negativos y liberar bloqueos.
Adicionalmente, podemos decir que la práctica de la respiración consciente mejora la circulación sanguínea y la oxigenación del cuerpo; facilita los procesos de concentración y atención; disminuye el estrés; y beneficia los patrones de sueño.
Practicar respiración consciente
Existen varias formas de practicar la respiración consciente, como técnica de concentración o relajación, dos de las más populares se refieren a profundizar el patrón habitual de respiración o realizar respiraciones completas.
En el primer caso, utilizas como base la forma como habitualmente respiras y disminuyes el ritmo, conforme realizas inspiraciones y espiraciones más profundas. El proceso debe ser lento o puedes hiperventilarte.
En el segundo caso, se emplean las respiraciones completas (también llamadas yoguicas), que forman parte de los ejercicios Pranayama y en los cuales se activan todos los órganos y músculos vinculados a la respiración.
La respiración completa inicia en el abdomen y sube por la zona intercostal hacia la caja torácica. Es un procedimiento que requiere práctica y, preferiblemente, la guía de un instructor calificado en el caso de los principiantes.
Los ejercicios de respiración consciente pueden ser acompañados por audios de instrucciones (como meditaciones guiadas) o por el repaso mental o verbal de secuencias numéricas (1, 2, 3) o palabras (inspiro, espiro/ adentro, afuera). Es posible realizar estas actividades de pie, sentado o acostado.
Recuerda: la respiración consciente es un ejercicio, no tu forma habitual de respirar. La práctica constante te ayudará a establecer un mejor contacto con tu cuerpo, mejorar tu capacidad pulmonar y recuperar el equilibrio mental en situaciones de estrés o ansiedad.
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