Senbazuru, la leyenda japonesa de las mil grullas de papel
Senbazuru, una antigua leyenda nipona, sostiene que aquel que logre confeccionar mil grullas de papel, atadas por un hilo, recibirá su mayor deseo por parte de una grulla.
La grulla es un animal símbolo de buena fortuna, longevidad, lealtad, protección, armonía y felicidad, dentro de la cultura japonesa.
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Cabe destacar que elaborar las mil grullas de papel, no debe obedecer a un deseo superfluo, material o caprichoso. El poder despertado por el ritual senbazuru está destinado a necesidades importantes (recuperarse de una enfermedad), o deseos espirituales (obtener la paz interior).
Las mil grullas de papel deben ser confeccionadas a través de la técnica del origami, un tipo de papiroflexia que consiste en elaborar figuras (o esculturas) de papel sin cortar o pegar el material, simplemente doblando los pliegues del mismo, lo cual es considerado una demostración de destreza en Japón.
Una vez elaboradas las mil grullas de papel, son colocadas en templos o lugares al aire libre. La intención de este acto es entregar la energía del deseo, al Universo (o la deidad), confiando en que será atendido, a medida que las grullas se desintegran en contacto con los elementos de la Naturaleza.
Alternativas para la confección de las mil grullas de papel
Aunque la práctica del origami es una forma de meditación, que favorece la concentración del individuo y el equilibrio interior, algunas personas consideran un trabajo excesivo construir mil grullas de papel, bien sea por falta de tiempo o de disposición para ello.
En este sentido, puedes explotar otras alternativas como preparar las mil grullas de papel con la colaboración de familiares y amigos, solicitando un deseo que involucre a todos (armonía en las relaciones, buena fortuna, salud) o incluso un bien mayor (paz mundial, amor universal).
Otra opción es elaborar adornos con algunas grullas de papel, como móviles o pequeñas esculturas, que puedas colocar en tu hogar, negocio u oficina, para atraer las energías positivas que representa este grácil animal (buena fortuna, longevidad, lealtad, protección, armonía y felicidad).
Sadako y Senbazuru
Las mil grullas de papel es uno de los elementos de la cultura japonesa más conocidos en el mundo, debido principalmente a Sadako Sasaki (1943 – 1955), una jovencita que sobrevivió a la explosión de la bomba atómica en Hiroshima (1945), cuando solo tenía 2 años de edad.
La historia señala que, Sadako habitaba en las inmediaciones del sitio donde tuvo lugar la detonación de la bomba, y logró escapar con vida del evento, en compañía de su madre. Sin embargo, a lo largo de su corta vida desarrolló una leucemia maligna, que fue atribuida a los efectos de la radiación atómica.
Durante su covalencia en el hospital, Sadako conoció la leyenda de las mil grullas de papel, y comenzó a confeccionarlas con la esperanza de obtener la sanación física, una vez completada la labor. La versión más extendida de la historia, señala que Sadako murió sin alcanzar el objetivo propuesto.
Por ello sus compañeros de estudios se dieron a la tarea de elaborar las más de 400 grullas faltantes (Sadako había hecho cerca de 600), e incluso muchas más, como homenaje a la niña.
En el Parque Conmemorativo de la Paz en Hiroshima o Hiroshima Heiwa Kinen Koen, construido en la zona del impacto de la bomba, existe un Monumento a la Paz de los Niños, constituido por una escultura de Sadako, sosteniendo en sus manos una gigantesca grulla de origami.
Cada año, en la fecha aniversario de la explosión de la bomba de Hiroshima (06 de agosto), miles de grullas de papel son colocadas cerca de la estatua, como una petición colectiva por la paz mundial y un recordatorio de la historia de Sadako, y todos los niños muertos o afectados por la radiación de la bomba atómica.
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