Sexo espiritual: descubre cómo explorar tu energía sexual
A lo largo de la historia del ser humano el sexo ha resultado tan necesario como controvertido en muchas épocas. Según la cultura y el periodo histórico su consideración fue positiva o negativa. El concepto de sexo espiritual puede causar estupor entonces en mentalidades poco abiertas.
Parecen conceptos antagónicos pero nada más lejos. El sexo es una necesidad humana, como también lo puede ser la búsqueda espiritual. Culturas como la hindú han pregonado desde sus comienzos la importancia de la práctica del sexo espiritual. Supone el camino físico preciso para poder llegar a un nivel espiritual superior. Es lo que se ha denominado también sexo tántrico.
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El sexo espiritual, un magnífico estimulante
Según un estudio realizado por la Universidad de Kentuky, las mujeres que se consideraban más espirituales tenían una vida sexual intensa. Más que aquellas otras que se definieron como poco o nada espirituales. Lo mismo que las mujeres que decían ser practicantes habituales de la meditación y el yoga. Esta saludable costumbre les facilitaba que en sus relaciones sexuales se elevase su excitación y los orgasmos fueran más intensos.
Sin duda una forma de vivir la vida más a fondo, sintiendo en cuerpo y alma las sensaciones más interesantes. Con el sexo espiritual se consigue una especial conexión con la otra parte que supera con creces los límites físicos.
El sexo espiritual en la historia
No sólo la religión hindú se percató de la importancia de la comunión entre el sexo y la espiritualidad. Los aborígenes australianos y los antiguos persas eran de la misma opinión. Incluso en los primeros tiempos del Cristianismo y del Islam existía un simbolismo sexual similar.
Incluso la Cábala judía concebía el sexo como un acontecimiento espiritual donde los elementos sagrados que están presentes en el hombre y la mujer pueden emerger juntos. Por otro lado, el chi kung, una vieja práctica espiritual china, estimaba que la energía sexual es una pieza clave para lograr la felicidad. El sexo espiritual suponía la mejor manera de conectarse con la otra parte.
¿Cómo practicar el sexo espiritual?
El Tantra diferencia varios sistemas de energía interiores. Los más populares son sin duda los chakras, esos puntos de energía situados entre la cabeza y la pelvis. Cuando la energía no fluye bien entre ellos se producen bloqueos que afectan a la salud y el estado de ánimo. Por ello el Tantra propone impulsar la fluidez energética entre los chakras. De esta manera es posible lograr experiencias superiores.
Es sexo espiritual es una de las maneras de conseguirlas. No sigue los cauces habituales occidentales en los que se busca un principio, desarrollo y fin. Es decir, una excitación previa, la penetración consiguiente y terminar con el orgasmo. Para el sexo espiritual ni la penetración ni el orgasmo resultan fundamentales para la relación sexual.
El fin último de ésta es llegar a sentir de la forma más plena posible. Los tiempos se ralentizan entonces, evitando todo lo que pueda verse afectado por los factores externos. El objetivo será conseguir el entendimiento mutuo más profundo y, para los que lo practican constantemente, lograr la iluminación.
Para conseguir los mejores resultados con el sexo espiritual es fundamental dedicarle bastante tiempo a las caricias fuera de las llamadas zonas erógenas. No hay que consumar, tan sólo tocarse placenteramente durante espacios de tiempo prolongados, hasta llegar a una penetración sin apenas movimientos, y con periodos de descanso. Todo se hace muy lento pero de manera intensa para juntar así las almas con parsimonia, al ritmo que marca el cuerpo.
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